alcaudete de la jara
Molino Riscal
Es uno de los enclaves naturales con mayor atractivo del término municipal de Alcaudete de la Jara. La ruta que transcurre entre el casco urbano y este lugar, de dureza media-baja, es de las más aconsejables, pues tiene un final en el que la vegetación, el sonido de los animales y el agua, sumados a la verticalidad de un roquedo granítico diaclasado (fracturado), permiten disfrutar de la grandeza de la naturaleza en comparación con el tamaño del ser humano. Una perspectiva digna de los mejores pintores románticos. Su nombre proviene de la existencia de un molino que aprovechaba la energía hidráulica para mover una muela de piedra con la que transformar el cereal (transportado gracias a la fuerza aportada por equinos, normalmente) en harina. También fue conocido como Molino del Tío Aguado. En la actualidad apenas quedan restos, tan solo algunas partes de las paredes construidas en mampostería. No fue el único que se destinaba a este uso, pues a lo largo del curso del río existieron otros cuantos, si bien el topónimo ha permanecido con mayor fuerza en esta zona, que, como se aprecia, debe su apellido al roquedo que domina el paisaje, monumentalizado por el cañón que ha creado el encajamiento del Jébalo en esta parte del término municipal. Junto con la mencionada presa, ha sido el lugar de esparcimiento por excelencia en los meses estivales para la población de Alcaudete, antes de que se construyera la piscina municipal y las particulares que han ido germinando en la mayor parte de las casas de la villa jareña. No obstante, cuando se desciende a la piedra desde la que se lanzaban al agua quienes querían aliviar el calor intenso del verano, si se cierran los ojos, vuelven a aparecer en la mente los momentos en los que esta “charca” estaba llena de vida y alegría.